Los aficionados del CSA Steaua y el Academia Rapid, de la cuarta división rumana, protagonizaron el fin de semana una batalla campal cuando presenciaban el encuentro en el Estadio National Arena de Bucarest, en la capital de Rumanía.
Tras el pitazo inicial, desde los altavoces del estadio se escucharon la petición de que los asistentes al evento no usaran ningún objeto de pirotecnia.
Los hinchas hicieron caso omiso a las advertencias y a medida que avanzaba el partido, el ambiente se iba calentando. Primero con bengalas hacia el campo, luego los insultos entre las tribunas se fueron agravando hasta que en el minuto 25, alrededor de 20 fanáticos del Steaua fueron a agredir a la otra facción.
Sillas, palos y gases lacrimógenos comenzaron a sobrevolar en el recinto en el que la selección rumana juega sus partidos.
Finalmente, las autoridades pudieron calmar la situación después de varios minutos. Tras lo sucedido, aproximadamente 100 personas fueron detenidas y una gran cantidad resultaron heridas.
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