Una lesión lo dejó fuera de Lima 2019, pero regresó con fuerza a los entrenamientos en el Complejo Panamericano Costa Verde de San Miguel
Nació en una familia que respira deporte. Su papá fue motociclista y su tío no paró hasta ser campeón regional de la disciplina. Diego Lazo se contagió fácilmente de esta pasión desde muy niño, pero a los 15 años tomó una decisión importante: cambió los motores por las ruedas de una BMX. Ahora, su vida transcurre entre los circuitos de rampas y la universidad. Su sueño es terminar la carrera de ingeniería civil y luego ser un medallista olímpico, para graduarse con honores.
Diego tiene 24 años y es considerado la promesa del Ciclismo BMX en el Perú. Es de los mejores exponentes que tiene América Latina y ese rótulo lo pone a prueba en cada entrenamiento que realiza en el Complejo Costa Verde de San Miguel, sede administrada por el Proyecto Especial Legado Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.
“Nací en Huancayo. Vine a Lima para convertirme en ingeniero. Estoy en el octavo ciclo. Sin embargo, nunca descuidé esa pasión por las dos ruedas. El deporte y el estudio pueden ir de la mano. Parece un sueño todo lo que estoy viviendo, no lo creo todavía. Me gusta realizar acrobacias y fue así como le pedí a mi papá que me compre una BMX. Se trata de un deporte extremo; sin embargo, él nunca se negó y me ayudó en todo momento. Por ello, es importante utilizar ropa ligera y especial”, afirma.
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Sufrir la ruptura de los ligamentos y quedar fuera de los Juegos Panamericanos Lima 2019, significó un duro golpe para Diego Lazo, pero ahora mira con optimismo el futuro. Su ambición apunta a comenzar con pie derecho su primer ciclo olímpico para clasificar a París 2024.
Haberse consagrado como campeón nacional en la modalidad Freestyle y apoderarse del tercer lugar en el Sudamericano de Argentina, no es suficiente para Diego Lazo. Sin duda, el atleta inspira ambición, sacrifico y perseverancia.
“La persistencia y la voluntad son decisivas para que las acrobacias te salgan. Todo está en la práctica. Por eso es importante entrenar en este tipo de infraestructura. Es un regalo de Dios y motiva a los deportistas”, resalta.
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