El luchador peruano entrena en la VIDENA y se prepara para sus primeros Juegos Olímpicos
Cuando era febrero, no le importó invertir prácticamente todos sus ahorros en un boleto con destino a Rusia para entrenar con los mejores del mundo. Un mes después, viajó en silencio a Canadá y abrazó la anhelada clasificación a Tokio 2020 en un Preolímpico. Y cuando alistaba el retorno para celebrar con su familia en Perú, las fronteras se cerraron por la propagación del coronavirus. Sin embargo, nada lo detuvo y Pool Ambrosio siguió luchando contra las adversidades.
Quedó a pocos segundos de ir a los Juegos Olímpicos de Río 2016. No lograrlo lo condujo a una depresión profunda, hasta analizó su retiro del deporte. Pero, la vida se encargó de colocar todo en su sitio y ahora disfruta de su clasificación a Tokio 2020 mientras entrena en la VIDENA, sede administrada por el Proyecto Especial Legado Lima 2019. Previo al certamen multidisciplinario, el peruano viajará a Serbia en diciembre para disputar el Mundial de Lucha.
“Ya se están realizando las gestiones para el viaje, porque tenemos entendido que las fronteras se abrirán en las próximas semanas. Evaluaremos cómo va la situación. Este campeonato me dará puntos y seguramente sumaré en el ranking. Además, será un termómetro para medir mi preparación previo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Quiero estar más arriba”, afirma.
“Estoy mejorando en la parte física y agradezco al profesor Rafael Pérez, por su exigencia constante. De lunes a sábado entreno en la VIDENA. La intención es hacer un buen papel en Tokio 2020, porque apunto a conseguir una medalla”, asegura.
Por otro lado, el Proyecto Legado, adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, continuará facilitando el uso de las sedes que administra en beneficio de los deportistas, teniendo en cuenta que muchos de ellos se preparan para Tokio 2020.
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