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Paolo Guerrero, capitán de la selección peruana, partió rumbo a Suiza para presentarse a la audiencia con el TAS de este jueves 3 de mayo, en busca de librarse de la sanción impuesta por arrojar un resultado positivo en una prueba antidopaje. El delantero del Flamengo espera ser absuelto de toda culpa, pero la Agencia Mundial Antidopaje pide que la pena sea ampliada a dos años de suspensión.

 

«Tengo confianza en que todo se va a resolver, ya quiero estar de vuelta, entrenar con mis compañeros y jugar. Estoy bien físicamente. Envío un abrazo a la hinchada del Flamengo, porque el equipo necesita de ella y espero que las cosas nos sigan saliendo bien», dijo el “Depredador” en declaraciones a Esporte Interativo de Brasil.

 

El goleador histórico de la bicolor mencionó que aún tiene contrato con Flamengo, por lo que quiere estar disponible para jugar lo antes posible. Su defensa estará a cargo del español Juan de Dios Crespo, quien dijo que si no hay una decisión desfavorable, Paolo podrá estar a la orden de su técnico de inmediato. Además, el abogado señaló que confía totalmente en la inocencia del jugador, por ello irá en busca de reducir la pena de seis meses a cero.

 

 

Borrar por completo la sanción

 

Guerrero fue sancionado con un año de suspensión de las actividades deportivas el 3 de noviembre del 2017, tras dar positivo en una prueba antidopaje luego del partido entre Perú y Argentina por las Eliminatorias Sudamericanas. La sustancia encontrada en la sangre del delantero fue la benzoilecgonina, principal metabolito de la cocaína.

 

La Comisión de Apelación decidió reducir la sanción a la mitad después de que el jugador alegara haber consumido un té contaminado con restos de mate de coca. Se espera que este jueves el TAS decida absolver a Paolo Guerrero para que pueda estar presente en el Mundial Rusia 2018, que inicia el 14 de junio.