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La Federación Rusa de Fútbol recibió una multa de 30 mil francos suizos (unos 25 mil euros) por los gritos racistas de los ultras rusos durante un amistoso contra Francia, a finales de marzo en San Petersburgo. El anuncio fue hecho este martes por la FIFA, a 40 días del comienzo del Mundial en dicho país.

Cabe recordar que, en el duelo que Francia ganó 3-1 a Rusia, el 27 de marzo pasado, varios fotógrafos, constataron gritos de mono hacia el atacante galo Ousmane Dembelé. Los telespectadores también los pudieron escuchar durante la retransmisión televisiva, en el momento en que su compatriota Paul Pogba tocaba la pelota en el minuto 73.

Por todo esto, la comisión de disciplina de la FIFA decidió sancionar a la Federación Rusa «tras una investigación exhaustiva y tras el visionado de las pruebas de video», destacando «la gravedad del incidente» pero también «el número limitado de hinchas implicados».

El presidente interino de la Federación Rusa de Fútbol, Alexander Alayev, declaró después que la entidad pagará la multa y repercutirá el gasto en los responsables de los gritos. «Fue una escandalosa falta de respeto hacia nuestros rivales por parte de algunos espectadores y haremos todo lo posible para evitar la repetición de este tipo de incidentes en el futuro», declaró.

 

«Por supuesto, la Federación Rusa pagará la multa, pero ese dinero se reclamará a esas personas, que son culpables del incidente. Las personas que asistan al partido deben asumir su responsabilidad personal», añadió.

 

Rusia intenta decirle ‘no’ al racismo

Se debe recordar también que en los últimos años Rusia libra una batalla contra el racismo en los estadios de fútbol. A pesar de que los incidentes han disminuido, no han desaparecido, como demuestra un informe de Fare, una ONG que lucha contra la discriminación en este deporte, que registró 89 agresiones racistas en Rusia durante la temporada 2016-17.

En el Mundial Rusia 2018, a disputarse del 14 de junio al 15 de julio, todas las miradas estarán dirigidas hacia el país anfitrión y la permanencia del racismo entre algunos aficionados locales preocupa seriamente a los organizadores.