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Los actores de Hollywood se declararon en huelga luego que de que terminaran las conversaciones con los estudios cinematográficos, uniéndose así los escritores de cine y televisión que tomaron esta medida de lucha desde mayo y detuvieron el rodaje de decenas de programas y películas.

Es la primera vez desde 1960 que los sindicatos que representan tanto a guionistas como a actores hacen huelga al mismo tiempo. Los efectos de la huelga se dejaron sentir desde el pasado jueves cuando las estrellas Cillian Murphy y Emily Blunt -que son miembros del sindicato Screen Actors Guild (SAG)- abandonaron el estreno de la película «Oppenheimer» en Londres.

Los estudios ahora enfrentan su primer paro laboral doble en 63 años, lo que los obligó a detener muchas producciones en los Estados Unidos y en el extranjero. Estas protestas se sumarán al daño económico de la huelga de escritores, dando otro golpe a una industria que lucha con los cambios en su negocio.

Los sindicatos más grandes de Hollywood, el SAG-AFTRA que representa a 160,000 actores de cine y televisión, y el Writers Guild of America (WGA), exigen aumentos salariales, además de garantías de que su trabajo no será reemplazado por inteligencia artificial (AI).

La exestrella del programa de televisión «The Nanny» y presidente de SAG-AFTR, Fran Drescher, calificó las respuestas de los estudios ante las demandas de los actores como «insultantes e irrespetuosas».

«Estoy sorprendido por la forma en que nos trata la gente con la que hemos estado en el negocio», dijo Drescher. «No puedo creerlo, francamente, lo lejos que estamos en tantas cosas, cómo alegan pobreza y están perdiendo dinero a diestra y siniestra cuando dan cientos de millones a sus directores ejecutivos. Es repugnante», añadió.

La Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), la asociación comercial que negocia a nombre de Netflix Inc (NFLX.O), Walt Disney Co (DIS.N) y otras compañías, mencionó que estaba «profundamente decepcionada de que SAG-AFTRA haya decidido alejarse de las negociaciones».

REVOLUCIÓN EN LA INDUSTRIA

Ambos sindicatos argumentan que las plataformas de streaming como Netflix o Hulu no han compartido los ingresos que están logrando, incluso cuando ha habido una explosión de contenido de entretenimiento.

La búsqueda interminable de nuevos suscriptores es un modelo de negocio insostenible, dicen, y los ejecutivos de los estudios están recibiendo grandes salarios mientras que muchos actores y guionistas no pueden ganarse la vida decentemente.

Los actores y guionistas solían ganar dinero con las reposiciones en televisión de las producciones en las que participaban. Recibían cheques por correo cada vez que se retransmitía una película o programa en el que habían trabajado y eso les permitía sobrevivir mientras no encontraban un nuevo proyecto.

Pero los servicios de streaming dieron un vuelco a la industria, y ahora los actores y guionistas ganan poco o nada cuando alguien ve su trabajo en una de esas plataformas, que habitualmente también pagan menos que la televisión tradicional.

La medida se adoptó no sólo para lograr mejores salarios, sino también para que haya restricciones en el uso de la inteligencia artificial (IA) en las producciones, lo que dicen es una amenaza «existencial».

Los actores consideran que la IA podría crear un escenario apocalíptico en el que actores falsos y muertos podrían ser las estrellas del mañana a través de rostros y voces generados por computadora.