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La paranadadora Dunia Felices nació en Sarhua, Ayacucho, en 1990 y desde su más tierna infancia conoció lo complicada que puede ser la vida. Por aquellos años su pueblo sufría los estragos del terrorismo y vivió en carne propia esta oscura época de nuestro país.

 

En medio de esa convulsión social, sus padres decidieron que, si querían un mejor futuro para ella, tenía que mudarse a Lima con sus tíos. Ellos la adoptaron como una hija más, por lo que pudo tener una infancia y adolescencia feliz y tranquila, siendo incluso una promisoria jugadora de básquetbol y vóleibol. No obstante, el destino tenía otros planes para Dunia.

 

A los catorce años  comenzó a sentir extraños malestares en sus pies y manos. Sus extremidades se le adormecían y ponían moradas. Luego de estar varios meses hospitalizada, los médicos detectaron qué mal la aquejaba: vasculitis sistémica.

 

Se trata de una extraña enfermedad que ataca los vasos sanguíneos, impidiendo la correcta irrigación de la sangre y provocando la necrosis (muerte de células y tejidos) de las extremidades. Y si el diagnóstico fue duro, la solución lo fue aún más: para que la patología no comprometiera su vida, tenían que amputarle sus dos manos y sus dos pies. Dunia tomó esto como una liberación, una nueva oportunidad.

 

Su cumpleaños llegó en plena etapa de recuperación. Aquella vez recibió un regalo que le cambió la vida: un estuche de plumones. Rápidamente aprendió a pintar con la boca y el arte fue, primero, su pasatiempo, para luego convertirse en su pasión. Tan bien le fue que ingresó a la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie, la cual envía sus cuadros a Europa cada seis meses para exhibirlos.

 

Es en esta nueva etapa, en la que se desenvolvía como pintora y escultora, que el deporte volvió a su vida a través de la paranatación. Su ascenso fue muy rápido. En menos de tres años, pasó de participar en cuanto torneo nacional podía a ser representante del Perú en varios países como Colombia, Brasil y México.

 

 

Ahora sigue cursos de liderazgo deportivo para ayudar a más peruanos a hacer deporte. Uno de sus objetivos es trabajar en las municipalidades con los padres de familia, para que puedan ser el soporte de sus hijos, especialmente de aquellos que tienen alguna discapacidad.

 

Asimismo, se viene preparando para participar en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, donde competirá en las pruebas de los estilos libre 50, 100 y 200 metros, así como en mariposa 50 metros y espalda 50 metros.

 

En ese sentido, Dunia pide el apoyo de la hinchada para lograr sus objetivos deportivos. “Quiero pedir a todos los peruanos que alentemos en estos Parapanamericanos a todos los deportistas, para que superen cada competencia, y que esa energía se sume al aliento incondicional de La Blanquirroja y Pluspetrol. ¡No es uno, somos todos! ¡No es solo mi energía! ¡Es la energía de todos!”, remarcó.

 

Cabe recordar que tan igual como en los Juegos Panamericanos Lima 2019, Perú es local en los Parapanamericanos y todos los peruanos deben hacer sentir esa localía. Entonces, así como la barra peruana fue elegida por la FIFA como “La Mejor Afición del Mundo” por su participación en el Mundial Rusia 2018, ahora le toca transmitir su energía a los paradeportistas peruanos.

 

En ese marco, la campaña de Pluspetrol “La energía de todos” busca que los peruanos hagamos sentir esa energía a todos los paradeportistas de Lima 2019. Se trata de una invitación a llenar los estadios, pistas y coliseos para alentarlos en sus competencias.

 

La campaña de Pluspetrol cuenta con algunos aliados estratégicos, entre los que se encuentran los paraatletas Dunia Felices y Pilar Jáuregui. Asimismo, ‘La Blanquirroja’, reconocida como la barra principal de la selección peruana de fútbol, se ha sumado a esta iniciativa que busca movilizar e inspirar a la gente para crear “La Barra de Todos”.

 

Apoyemos a nuestros paraatletas nacionales, desde este viernes 23 de Agosto arrancan los juegos Parapanamericanos y somos locales, hagamos sentir todo nuestro aliento en una sola voz.