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El arquero de la selección mexicana le escribió por WhatsApp y aseguró que su hijo será el “ángel que le ayudará a volar”.

 

Un terrible accidente de tránsito lo despojó del más grande tesoro de su vida: su familia. Sin embargo,  la fortaleza de este hombre y el gran amor que sentía por su esposa e hijos hicieron que aún con una gran tristeza cumpliera el sueño mundialista de sus seres más queridos. Así, este luchador viajó hasta Rusia para que sus pequeños, desde el cielo, puedan disfrutar de la fiesta más grande del fútbol.

 

“Todos los días que estén conmigo en mi corazón y sabes, no tengo nada pendiente con ellos, lo único era este viaje y pues aquí estamos», expresa Martínez.

 

Gilberto Martínez, un mexicano de 41 años, sufrió uno de los golpes más fuertes que un hombre puede tener. Un accidente de tránsito le quitó el sueño de disfrutar su primer mundial de fútbol junto a sus dos pequeños. Pues a solo casi dos meses antes de la cita mundialista, la minivan en la que viajaba su esposa, Verónica, y sus dos niños: Mía de 6 y Diego de 8 años, recibió un fuerte impacto de una camioneta 4×4 manejada por un joven de 21 años. Inmediatamente, todos perdieron la vida.

 

Sin embargo, aunque la tragedia lo dejó totalmente devastado, siguió el consejo de su psicóloga y decidió viajar- junto con dos amigos- a la Copa del Mundo con las tarjetas fan id de sus familiares y unas camisetas con los nombres de ellos y así cumplir con la ruta planificada por su esposa.

“Mi hijo siempre soñaba con jugar un mundial y hoy, de una forma u otra, en un pequeño homenaje puse su camisa, su fan id y el balón con el que se jugó el partido, es como si él jugó el mundial hoy», explica Gilberto.

 

Y es que esta historia ha conmovido el corazón de todos e incluso la del arquero de la selección mexicana, Guillermo Ochoa. “Bajándome del coche veo un mensaje de WhatsApp de un número desconocido y cuando leo era un mensaje de Memo. Ahí estuvimos intercambiando algunos mensajes y al final él pone esa frase: ‘es un ángel que me ayudará a volar’»

 

Ahora Gilberto camina por Rusia acompañado de sus amigos, pero sobre todo de sus tres ángeles que gritan con él los goles de su selección.