Gisela Collazo es una ciudadana peruana que permanece refugiada en una iglesia de Springfield, Massachusetts (Estados Unidos) para evitar ser deportada por las autoridades.
Ella llegó al país hace 17 años, se casó con un ciudadano estadounidense y tiene dos hijos, pero recibió el ultimatum para su salida; sin embargo, en este templo le abrieron las puertas para que, junto a sus niños de 10 y 4 años, puedan refugiarse hasta hallar una solución.
Según las autoridades, Gisela ingresó a Estados Unidos con documentación irregular. Agregaron que, posteriormente, perdió todas las apelaciones.
El caso es similar al de Ingrid Encalada, una peruana que permanece en una iglesia-santuario del estado de Colorado, donde junto a sus hijos de 9 y 2 años se resiste a dejar los Estados Unidos.
La ley estadounidense prohibe proceder a la deportación de toda persona que permanezca en una iglesia, escuela u hospital.
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