Una requisa en el penal de Piura permitió identificar y separar a once internos que se dedicaban a la extorsión desde prisión a empresarios que participan en el proceso de reconstrucción del norte luego de los estragos del Niño Costero.
«Estos once internos de tres organizaciones criminales están siendo trasladados a penales de máxima seguridad a más de 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar. Si sus familias los quieren visitar, tendrán que hacerlo en estas sedes penitenciarias», señaló Carlos Vásquez, jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
Los reos provienen de bandas como Los Malditos del Norte, La Gran Sangre y Los Injertos del Comandante Vela. Aunque fueron detenidos entre 2015 y 2016, operaban con la ayuda de secuaces en libertad. No se descarta su colusión con funcionarios del INPE.
El grupo de internos fue enviado al penal de Cerro de Pasco, aislados de cualquier contacto con el exterior y sin poder delinquir.
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