Los vecinos de la urbanización Campoy, en San Juan de Lurigancho, viven aquejados por los malos olores que desprenden las piscinas con agua empozada ubicadas en el colegio privado La Sorbona.
Según cuentan los vecinos, las piscinas fueron llenadas en el mes de diciembre y nadie las ha limpiado a lo largo del verano. La preocupación crece por la presencia de insectos.
«Todos los días tenemos mosquitos y zancudos, todas las noches nos pican. Cada año es lo mismo; yo vivo siete años aquí y siempre es la misma historia», contó una preocupada madre de familia.
Los vecinos esperan la pronta intervención de las autoridades.
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