A dos días del debut de Brasil en el Mundial de Rusia 2018, Neymar se definió como «el mejor jugador del mundo», pues el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo «están en otro planeta» y no cuentan en la lista.
Es toda una declaración de intenciones. Y es que Pelé y otras leyendas del fútbol brasileño le han acusado de falta de carácter y de no tener dotes de líder para llevar a Brasil a su sexta corona. Algo, que en el ámbito olímpico, sí que demostró al enviar a la gloria a la Canarinha en la final de Maracaná hace dos años.
No le ayudó a ganar adeptos a su causa su fichaje por el PSG, ya que el mensaje en vísperas del Mundial fue que prefiere atraer todos los focos y ser la única estrella de un club sin pedigrí, que ganar títulos y compartir estrellato con Messi en el Barcelona.
Además, la apuesta salió mal, ya que en el equipo francés no pudo ganar la Liga de Campeones -cayó ante el Real Madrid- y él se ha alejado aún más de su sueño de lograr el Balón de Oro.
No ayudó tampoco la lesión que sufrió en el tobillo en febrero, que le tuvo tres meses fuera de los terrenos de juego e incluso hizo pensar que se perdería el Mundial.
Por suerte, no fue así. Y en el último amistoso contra Austria demostró que está plenamente recuperado para liderar a la Canarinha en Rusia.
EFE
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