En los años previos a la gran generación de la selección española, que consiguió dos Eurocopas y una Copa del Mundo, el delantero Raúl era quien comandaba su ataque.
Su olfato goleador empezó a quedar demostrado en Francia 98, mundial en el que marcó un gol a Nigeria. Luego, en Japón Corea 2002, le marcó a Eslovenia e hizo un doblete ante Sudáfrica.
Posteriormente, en Alemania 2006, el crack e ídolo del Real Madrid marcó su último tanto mundialista ante Túnez.
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