Entre los grandes recuerdos de la historia de los mundiales están todos los goles que convirtieron al brasileño Ronaldo en Botín de Oro (goleador) del Mundial Japón Corea 2002.
En la fase de grupos, su primer tanto se dio en el choque ante Turquía. Sumaría su cuenta con un gol ante China y un doblete ante Costa Rica.
Ya en octavos de final marcó ante Bélgica, en semifinales volvió a anotar frente a Turquía y en la final ante Alemania se mandó con un doblete que, además de dejarlo como goleador con ocho dianas, le dio el pentacampeonato a Brasil.
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