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El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, durante la Misa y Te Deum por el 202 aniversario de la Independencia de Lima, hizo un llamado a las autoridades que dirigen nuestro país a “colocarse en la situación de los que más sufren” 

“Parece que no se dieran cuenta que nuestro pueblo existe, sufre y demanda cambios urgentes. Parangonando nuestra situación con el texto de Isaías, el pueblo que caminaba en las tinieblas, el Perú de hoy, todavía no ve la luz en esta situación concreta e histórica. Más bien, es un pueblo vejado y abatido como oveja sin pastor que siente el peso de la oscuridad y la confusión”, afirmó. 

Durante la homilía, remarcó que, “en efecto, muy pocas veces hemos llegado a 28 de julio en una situación igual de incertidumbre, tensión y división política como la que hoy vivimos”. 

«LAS MUERTES QUE ESPERAN AÚN JUSTICIA»

En ese sentido, lamentó la separación entre las autoridades que dirigen nuestro país y el pueblo, que exclama mejoras. 

“Por eso, desde mi misión corresponde hacer, con todo respeto, una invocación a las máximas autoridades del país a colocarse en la situación de ellos que más sufren, afrontando cara a cara nuestros desaciertos y los graves males en que hemos incurrido, incluidas las muertes que esperan aún justicia y reparación”, agregó. 

Monseñor Castillo también se dirigió a la población peruana, a quien le pidió unión para encontrar un camino que permita al país encontrar soluciones a los problemas.

“Llamar a todos a la unidad para un programa mínimo, común y efectivo que prevé afrontar con el concurso de todos los sectores sociales y políticos la urgente necesidad de afrontar la situación dramática que se avecina, fortaleciendo la participación y la democracia en vez de restringirla”, pidió.