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En los transitados bulevares y locales de los distritos de San Isidro, La Molina, Miraflores y Barranco, se escondían dos individuos hábiles en el arte del hurto de dispositivos móviles, el fraude y la alteración de identidad.

Dior Inocente Torres y Joceph Hurtado Vilca son los protagonistas de una serie de robos y asaltos que mantenían en alerta a la seguridad pública, generando así el caos y la aprensión en cualquier persona que portara un teléfono celular.

Su habilidad para cambiar su apariencia los convertía en delincuentes difíciles de identificar, desafiando incluso a los más expertos en la lucha contra la delincuencia. Sin embargo, lo que no esperaban era que sus actividades ilegales no permanecerían ocultas por mucho tiempo.

El relato de los crímenes de Dios Inocente Torres comenzó a revelarse cuando una ola de robos de teléfonos móviles sacudió varios distritos de Lima. No obstante, este individuo, que se había desenvuelto en el mundo de la delincuencia, ya tenía antecedentes desde que era menor de edad.

Dior Inocente Torres actuaba con una audacia sorprendente, confiando en que su valentía sería suficiente para esquivar cualquier intento de identificación por parte de las autoridades.

«La experiencia y la habilidad la fue ganando a pesar de que es un tipo joven. Dior Inocente. entraba con una visión en 320 grados. Una modalidad rápido y eficiente para este delincuente«, declaró el Coronel PNP Franco Moreno, jefe de la Brigada de Robos.

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