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En la primera semana de marzo un joven que se quedó dormido en la vía de tren en Ate, se salvó de milagro de morir tras ser arrollado por una locomotora. El sobreviviente se llama Gian y Reporte Semanal fue en su búsqueda. Su madre cuenta la historia de quien algún día fue un niño feliz y pide ayuda para que su hijo salga de la adicción las drogas.

«Increíblemente salió de alta. Tuvo unas lesiones en el brazo y en la mano izquierdo, pero pese a la gravedad de cómo se ve el atropello, ya está de alta», manifestó el gerente de Seguridad Ciudadana de Ate, Javier Ávalos.

La madre de Gian contó que tras enterarse por una llamada de que su hijo había sido atropellado por un tren sintió cierta tranquilidad, ya que su hijo ya no tendría más noches inciertas deambulando por la calle. «Gracias Señor. Si él está muerto o atropellado, yo voy a saber dónde está hoy en día, dónde va a descansar», agregó en relación al tormento de saber que su hijo vive en las calles.

Tras el accidente con la locomotora del tren, Gian fue llevado a un hospital; sin embargo, se escapó de este tras ser atendido. Luego no se dirigió a la casa de su madre ni de ningún familiar, sino a las instalaciones de un cementerio cercano llamado ‘Asociación de Deudos del cementerio Jardines de la Paz‘, en donde vive desde hace algún tiempo.

Ricardo Reyna de Reporte Semanal lo encontró precisamente ahí, intentó conversar con él, enfatizando en la segunda oportunidad que le estaba dando la vida, pero Gian prefirió no brindar declaraciones, aunque con sus mirada mirando al cielo parecía reflexionar.

«Lo vi que estaba saliendo del tren. Dios le dio una nueva oportunidad como saliera de mi vientre para que él cambie, para que recapacite y reaccione, pero me doy cuenta que él no reacciona», expresó su madre con mucha tristeza.

Gian es el mayor de cuatro hermanos. Su madre recuerda con mucho cariño, entre fotos en mano, de diversos momentos de su atesorada niñez. Sin embargo, todo cambió cuando fue creciendo. Señala que se escapaba en las noches y que ella no dormía por la preocupación. Lo buscaba por el río, cementerio y por Huaycán.

Además, cuenta que lo pudo llevar a un centro de rehabilitación durante dos años, el cual tenía un elevado costo de 2 mil soles. Detalla que en una ocasión se desmayó mientras lo buscaba. Su propia salud estaba corriendo peligro. «Mamá, yo también soy tu hijo», le dijo otro de sus menores, con lo que cayó en cuenta que no solo tenía que velar por Gian.

Por otro lado, cuenta que en sus momentos de lucidez, su hijo sí trata de hablar con sus hermanos y también con ella. «Él me quiere bastante. Quisiera que vuelva a ser el niño de antes, el niño que yo jugaba, que yo abrazaba», expresa.

PEDIDO DE AYUDA

Gian sufre de adicción a las drogas, enfermedad que no solo lo afecta a él, sino a su entorno más cercano. Su madre implora por ayuda para Gian, para que ya no esté deambulando por las calles y para que pueda curar su adicción.

«Si alguna ONG o personas que podrían internar o llevarlo a un lugar para que lo limpien su sangre. Si hubiera, yo como mamá permitiría que se lo lleven. Sabría dónde está», expresó.

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