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Han pasado 10 meses desde el accidente en el aeropuerto Jorge Chávez en el que un camión de bomberos se estrelló contra un avión de Latam que estaba listo para despegar. El hecho ocurrido en la pista de aterrizaje del terminal aéreo del Callao dejó a tres bomberos fallecidos, el último de ellos, luchó por su vida durante siete meses.

Finalmente, la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación (CIAA) ha publicado el informe final en el que se revelan cuáles fueron las conclusiones a las que se llegaron tras verificar los hechos de aquel día.

Entre las más resaltantes, se determinó que los seis controladores aéreos de guardia iniciaron labores con la ausencia de cuatro de sus integrantes. Ante esta falta, debieron ser reemplazados por personal en sobretiempo. Uno de ellos fue quien asumió la supervisión de guardia aquel día.

Al ocurrir estos cambios, muchos de los controladores aéreos no habían cumplido con las horas de receso y descanso correspondiente a su jornada laboral, la cual es un mínimo de 30 minutos entre turnos.

Ante ello, CORPAC no ha presentado documentación que acredite tener procedimientos completos de Gestión de la Fatiga establecido. Los síntomas de somnolencia que presentaron los controladores pudo haber tenido un impacto en su capacidad de mantener un nivel óptimo de concentración.

Además, se determinó que el personal estuvo utilizando sus celulares durante turnos de trabajo, lo que también influye en su desempeño.

Por otro lado, el Supervisor General de Rescate que se desplazaba como parte del convoy de vehículos de Rescate, desconocía de la autorización de despegue de la aeronave.

Además, el informe revela que la tripulación de la aeronave que fue autorizada a despegar, no fue informada por la torre CORPAC sobre la ejecución del 2do ETR. Todas estas fallas se debieron, según el informe, a una falta de planeamiento conjunto, una coordinación deficiente y la mala comunicación que, finalmente, acabaron con la vida de tres bomberos.