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Cuando se trata de trasplantes de órganos, cada segundo cuenta. En esa línea, los bomberos brasileños acudieron en helicóptero a la cima de una montaña del estado de Río de Janeiro, en el sureste del país, para comunicarle a Ricardo Medeiros de Oliveira que le habían encontrado un nuevo riñón.

Oliveira, guía turístico de 48 años, llevaba nueve años esperando un trasplante. Se encontraba de excursión en una remota zona montañosa cuando recibió una notificación informándole que había un órgano compatible para él. Sin embargo, al no obtener una pronta respuesta, los bomberos decidieron recogerlo directamente.

«Mi mente se tambaleó en ese momento porque habíamos esperado tanto y para que ocurriera en un lugar así, no tendría ninguna posibilidad. Entonces la encargada del hospital colgó el teléfono y dos minutos después volvió a llamar. Me dijo que me quedara donde estaba porque allí había señal (de telefonía) y que estaban arreglando las cosas por su parte, que iba a pedir a los bomberos que vinieran a por mí. En aquel momento no tenía mucha fe porque nunca habíamos visto pasar algo así».

«Fue una mezcla de emociones. No sabía si reír o llorar, si creer, si ser escéptico sobre si realmente iba a suceder porque yo estaba allí y había informes de personas que decían que nunca había sucedido, que alguien tuviera que ser rescatado en helicóptero para un trasplante.» Dijo Ricardo Medeiros.

Finalmente, Oliveira pudo llegar a tiempo al hospital y su operación fue un éxito.

El mayor Fabio Contreiras, vocero del departamento de bomberos, señaló lo siguiente: «Nuestra misión es salvar vidas, lo hacemos todos los días, pero cuando nos encontramos con este caso en el que nosotros (los bomberos) hemos conseguido marcar la diferencia. Porque no habría podido llegar a tiempo si hubiera ido a pie, probablemente habría perdido esa oportunidad y sentimos una gran felicidad.»

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