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Las altas temperaturas en el suroeste de Estados Unidos siguen generando interrupciones del servicio eléctrico y el cierre de oficinas públicas. Al mismo tiempo, la tormenta Bret, que se desplaza por el Caribe, amenaza con convertirse en el primer huracán de la temporada. Mientras tanto, los residentes del sur del país norteamericano se están recuperando del paso de tornados. 

Ante todo lo que está provocando el cambio climático, el presidente Joe Biden ha anunciado un plan multimillonario, con el que busca invertir en comunidades vulnerables para mitigar el impacto de fenómenos meteorológicos: desde sequías extremas hasta tormentas.

“Estos fondos pueden ayudar a garantizar que nuestra red eléctrica sea más fuerte; que las luces, el aire acondicionado e internet permanezcan encendidos durante las olas de calor, tormentas u otros eventos climáticos”, declaró Biden. 

UN PRONÓSTICO DESALENTADOR

Según datos oficiales, más de 100 millones de estadounidenses han sido afectados en los dos últimos años por el clima extremo. Y el pronóstico no es alentador. “Este año tenemos una temperatura de la superficie del mar más caliente: el llamado fenómeno El Niño, que podría generar condiciones dañinas en el Océano Atlántico norte. Esto tiende a generar una mayor probabilidad de aumentar las cantidades de huracanes”, señalan los especialistas.

Por lo pronto, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica ya ha pronosticado de 12 a 17 tormentas este año, de las cuales, entre 5 y 9 podrían convertirse en huracanes de alta intensidad.