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Este martes, un incidente impactante sacudió la tranquilidad de la terminal de autobuses en Río de Janeiro. Un hombre armado desató el caos al intentar asaltar un autobús que se disponía a partir hacia Juiz de Fora, tomando a más de una docena de pasajeros como rehenes. El suceso, que se desencadenó en medio de un tiroteo, dejó al menos dos personas heridas, una de ellas en estado crítico.

El escenario se tornó tenso cuando el asaltante abordó el autobús de la empresa Viação Sampaio, que aún estaba estacionado en la terminal intermunicipal. En un intento por detener al agresor, la policía se vio envuelta en un intercambio de disparos que resultó en heridas para dos individuos, quienes fueron rápidamente trasladados al hospital Souza Aguiar para recibir atención médica urgente.

Mientras tanto, en el autobús, al menos 15 personas permanecían cautivas, según las declaraciones del gobernador de Río, Claudio Castro. Aunque fuentes iniciales reportaron un número ligeramente superior de rehenes, la situación seguía siendo delicada y requería una intervención rápida y cuidadosa por parte de las autoridades.

La presencia policial en la terminal se intensificó rápidamente, con el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) desplegando un cerco alrededor del área para contener la situación. Mientras tanto, los negociadores policiales se embarcaron en conversaciones con el secuestrador, buscando una solución pacífica que garantizara la seguridad tanto de los rehenes como del público en general.

El asalto y la toma de rehenes no solo pusieron en peligro la vida de los pasajeros involucrados, sino que también sembraron el temor y la preocupación en la ciudad de Río de Janeiro. Las autoridades trabajaban arduamente para resolver la crisis de manera segura y efectiva, manteniendo la calma y la coordinación en medio de la incertidumbre.

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