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La Administración de Alimentos de los Estados Unidos exige por ley que los huevos sean almacenados a temperaturas que van entre los 4 y 7 grados centígrados, y que previamente sean lavados y desinfectados.

Esta práctica obligatoria abarca todas las etapas, desde la producción hasta el consumo. El proceso de limpieza de los huevos se realiza con agua tibia y detergente, seguido de un enjuague con un desinfectante.

¿Y a qué se debe la necesidad de refrigerarlos? Se necesita una refrigeración constante ya que los huevos pierden su cutícula natural debido a ese proceso de limpieza, lo que los convierte en propensos a tener bacterias y contaminación.

Esto difiere totalmente de lo que se acostumbra en Latinoamérica en donde los huevos se suelen almacenar en lugares con temperatura ambiente, sin representar un riesgo en la seguridad alimentaria. Esta situación también es similar en Europa.

¿QUÉ ENFERMEDAD SE PREVIENE CON EL LAVADO Y REFRIGERACIÓN?

Esta medida previene la proliferación de la salmonella, bacteria que causa infecciones en el sistema digestivo y se transmite principalmente a través del consumo de alimentos contaminados.

«Ayuda a eliminar las biopelículas de salmonella que pueden formarse en la superficie del huevo»,  manifiesta Bryan Quoc Le, Ph.D., especialista en ciencia de los alimentos y autor de ‘150 preguntas de ciencia de los alimentos respondidas’.

Tiffany Swan, científica de alimentos y chef manifestó que asumen que todos los huevos están contaminados «porque no hay forma de saber si son seguros o no”. Así como en Estados Unidos, en Japón y Suecia también se practica la limpieza de los huevos.

Cabe señalar que los avicultores de Latinoamérica y Europa están obligados a vacunar a las gallinas contra la salmonella, lo que minimiza el riesgo de contaminación de huevos y la proliferación de esta enfermedad.

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