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El dengue es una enfermedad infecciosa transmitida por mosquitos de la especie Aedes (Ae. aegypti o Ae. albopictus) y que afecta unos 400 millones de personas al año en el mundo. El dengue puede causar fiebre, dolor de cabeza, erupciones cutáneas y, en algunos casos, hemorragias y shock que pueden ser mortales. Aunque existe una vacuna contra el dengue, llamada Dengvaxia, su uso es limitado y controvertido debido a sus efectos secundarios y su baja eficacia, de acuerdo a News Scientist.

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Ahora bien, ¿por qué es tan difícil hacer una vacuna eficaz contra el dengue y así acabar con este mal? Hay varias razones, procedemos a mencionarlas:

• El dengue tiene cuatro variantes: El virus del dengue tiene cuatro serotipos diferentes (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4), que son genéticamente distintos y provocan una respuesta inmunitaria diferente. Una persona que se infecta con un serotipo adquiere inmunidad permanente contra ese serotipo, pero no contra los otros tres. Por lo tanto, una vacuna ideal contra el dengue debería proteger contra los cuatro serotipos simultáneamente.

• El dengue puede causar infección secundaria más grave: Una persona que se infecta con un serotipo de dengue y luego se expone a otro serotipo diferente tiene un mayor riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad, llamada dengue hemorrágico. Esto se debe a que los anticuerpos generados por la primera infección pueden facilitar la entrada del segundo virus en las células del sistema inmunitario, lo que aumenta la carga viral y la inflamación. Este fenómeno se conoce como potenciación dependiente de anticuerpos (ADE, por sus siglas en inglés). Por lo tanto, una vacuna contra el dengue debería evitar inducir ADE en las personas que ya han sido infectadas previamente por algún serotipo.

• El dengue tiene una alta variabilidad genética: El virus del dengue tiene una alta tasa de mutación y recombinación, lo que genera una gran diversidad genética dentro de cada serotipo. Esto dificulta la identificación de antígenos comunes y estables que puedan inducir una respuesta inmunitaria protectora y duradera. Además, la variabilidad genética del virus puede afectar a su capacidad de evadir la respuesta inmunitaria inducida por la vacuna o por la infección natural.

ENSAYOS DE NUEVAS VACUNAS CONTRA EL DENGUE

Estos desafíos han dificultado el desarrollo de una vacuna eficaz y segura contra esta enfermedad. La única vacuna autorizada hasta ahora, Dengvaxia, solo protege parcialmente contra los cuatro serotipos y puede aumentar el riesgo de dengue grave en personas que no han sido expuestas previamente al virus. Por eso, su uso solo se recomienda en zonas endémicas donde la prevalencia del virus es alta.

Sin embargo, hay esperanza. Varios candidatos a vacunas contra el dengue están siendo evaluados en ensayos clínicos, con resultados prometedores. Algunas de estas vacunas utilizan virus atenuados o inactivados, otras usan proteínas recombinantes o vectores virales. El objetivo es lograr una vacuna que sea eficaz, segura, accesible y duradera para prevenir el dengue y sus complicaciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue causa alrededor de 22.000 muertes al año, principalmente en niños. Otras fuentes estiman que el número de muertes por dengue puede ser mayor, llegando hasta 36.000 al año. Esta enfermedad infecciosa afecta a unos 400 millones de personas al año en el mundo.