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LONDRES, 30 nov (Reuters) – La aerolínea británica easyJet dijo el martes que ha visto cierta caída de la demanda en su primer trimestre fiscal tras la aparición de nuevos brotes de COVID-19, a los que se suma la aparición de la variante ómicron, si bien el grupo afirmó seguir estando bien situado para hacer frente a la situación de incertidumbre.

El grupo, que ha recortado costes y ha dado prioridad a las rutas más fuertes en términos comerciales, manifestó que ha registrado un comienzo alentador para el año fiscal iniciado el 1 de octubre, con el regreso de la fuerte demanda para los períodos de vacaciones de invierno y el aumento de la demanda para las reservas de verano.

Los ingresos en reservas para la segunda mitad de su año fiscal están por encima de los niveles de 2019, ante lo que aumentará sus planes de flota en 25 aviones, con operaciones añadidas en Gatwick, Oporto, Lisboa y Milán.

Las aerolíneas han vivido subidas a una montaña rusa este año, recuperándose constantemente en la primera mitad cuando primero la Unión Europea y luego Reino Unido volvieron a abrirse a los viajes, antes de que surgieran los temores sobre el ritmo de la recuperación y los nuevos brotes de COVID.

Las acciones de las compañías aéreas se desplomaron el viernes al conocerse la existencia de la variante ómicron del coronavirus. El grupo de vuelos de bajo coste Ryanair ya había advertido de que a las aerolíneas europeas les esperaba un final de año complicado por el aumento de las tasas de infección en Europa.

Johan Lundgren, consejero delegado de easyJet, declaró que la empresa se ha vuelto más flexible durante la pandemia, cambiando rápidamente a rutas de gran demanda, recortando costes y reforzando su balance, lo que le permitiría hacer frente a nuevos episodios de volatilidad.

«En resumen, seguimos siendo conscientes de que siguen existiendo muchas incertidumbres durante el invierno, pero vemos una oportunidad única para que easyJet gane clientes y gane cuota de mercado a sus rivales en este periodo», dijo.

El grupo registró unas pérdidas antes de impuestos de 1.140 millones de libras (1.520 millones de dólares) en el ejercicio hasta finales de septiembre, en el extremo superior del rango de las previsiones, y dijo que espera que la capacidad de vuelo del primer trimestre se sitúe en torno al 65% de los niveles de 2019.

Anteriormente, había previsto un 70%.

Para el verano de 2022 -el cuarto trimestre de su año fiscal- espera que la capacidad de vuelo se haya recuperado cerca de los niveles de 2019. Sin embargo, no dio una perspectiva financiera completa, ya que los clientes reservan sus vuelos cerca de la fecha de salida, lo que impide tener una visibilidad clara.