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Las compañías de bomberos a las que pertenecían Ángel Torres y Nicolás Santa Gadea les rindieron homenaje luego de conocerse que fueron las víctimas del accidente ocurrido en el Aeropuerto Jorge Chávez, donde la unidad que operaban impactó contra un avión de la empresa Latam.

En la compañía Garibaldi 6, las sirenas sonaron para recordar al capitán Torres. Sus compañeros colocaron un altar y velaron su fotografía, la cual estuvo acompañada de los varios reconocimientos que obtuvo sirviendo en esta valerosa profesión.

Ángel tenía 44 años y hace diez se dedicaba a su labor como bombero aeronáutico. Era un amante de los animales y la mascota de la compañía, Luzmila, era su fiel compañera. Ella fue rescatada de una emergencia y Ángel la cuidaba como si fuera suya.

«Luzmila era su engreída. Ángel amaba mucho a los animales, era una persona que atraía a la gente. No quería que se quede; pero ella se ganó su corazón. Hay unos zapatos inmensos que todos tenemos que llenar, va a ser muy difícil; pero con sus enseñanzas lo lograremos», refirió uno de sus compañeros.

EL HOMENAJE A NICOLÁS SANTA GADEA

Nicolás Santa Gadea sirvió como bombero desde los 16 años. En la compañía de bomberos Garibaldi 7 también lo recordaron con mucho cariño. Su padre fue quien le inculcó el valor de servir a los demás y sus instructores y amigos lo recuerdan como un joven siempre presto a aprender.

«Lo conocemos desde los seis años. Él venía de muy pequeño con su papá, pertenecía a los minibomberos y su trabajo en el aeropuerto lo entrenaban y él venía y compartía todo. Resaltaba en la academia también. En las emergencias confiábamos en él por su físico», refirió Juan Carlos, uno de sus compañeros.

Nicolás jugó en las divisiones de menores del Sport Boys, equipo que le dedicó sentidas palabras. No obstante, optó por dedicar su vida a los bomberos. Su último servicio lo realizó el jueves por la noche y responsable del cuidado de una autobomba, de la que siempre se preocupó por subsanar.