Las clases de escuelas, liceos y universidades fueron suspendidas por una semana a inicios y fines de marzo ante los prolongados cortes eléctricos.
Producto de los apagones, los sistemas de bombeo de agua y de telecomunicaciones también se paralizaron. La reanudación de los servicios ha sido desigual en la nación miembro de la OPEP, con ciudades como San Cristóbal, Valencia y Maracay todavía reportando fallas en el suministro de luz.
«Este miércoles nuestros niños, niñas y jóvenes reanudan la #VueltaAClasesEnResistencia, con mucho amor y entusiasmo», escribió en Twitter el ministro de la Juventud, Pedro Infante.
En Punto Fijo, en el extremo noroccidental del país, los niños asistieron a clases. Allí las autoridades escolares mostraban flexibilidad en los horarios y toleraban hasta un par de faltas a la semana sin necesidad de justificarlas.
Pero en Maracay, unos 120 kilómetros al suroeste de Caracas, padres dijeron que en algunos colegios había pocos docentes.
«En la escuela de mi hijo fueron sólo cuatro maestros y pusieron a los muchachos a hacer deporte», dijo Griselda Ascabio, una secretaria de 39 años.
El ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, dijo que las clases, que terminan generalmente a comienzos de julio, se extendieron hasta el 31 de ese mes debido a la contingencia eléctrica, según la oficial Agencia Venezolana de Noticias.
Con al menos 6,4 millones estudiantes inscritos en escuelas públicas y 1,2 millones en institutos privados, el Ministerio de Educación no ha informado cuántos efectivamente volvieron el miércoles a sus actividades. El Ministerio de Información no respondió de inmediato una solicitud de comentarios.
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