El hombre se arrojó al mar al percatarse de la llegada de una patrulla de la Marina de Guerra.
Una patrulla de la Marina de Guerra intervino una fiesta clandestina realizada a bordo de un yate en las aguas de la bahía de Ancón.
Diecisiete personas, entre las que se contaban dos menores de edad, fueron halladas a bordo de la embarcación. El festejo se hizo visible incluso desde el bulevar del balneario.
Al ver la llegada de los marinos, uno de los participantes de la reunión se arrojó al agua para huir, aunque no consiguió alejarse.
Todos los intervenidos fueron llevados al bulevar de Ancón, donde fueron multados por vulnerar la normativa sanitaria.
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