No hay bálsamo que alivie el corazón de un padre al despedir a su hijo, ni la familia cerca, ni los amigos suplen el dolor del último adiós. Era su último hijo y llevaba su mismo nombre.
Julio «El Coyote» Rivera, acongojado, no pudo cargar el féretro del menor de sus hijos. Julio Rivera Quispe, el joven de 28 años que falleció este fin de semana víctima de raqueteros que le robaron su celular mediante la modalidad del arrastre.
Maritza Quispe, llevaba en sus manos el retrato del último de sus hijos, fue ella la última persona con la que Julio habló el sábado por la madrugada. Detrás de ella, doña Petronila Gonzáles, su abuela acompañada de su familia, despidió a uno de sus nietos menores quién vivía con ella en su casa de Chorrillos, por donde pasearon su féretro.
En el sepelio, también estuvo Paolo Guerrero, el capitán de la selección, quien llegó desde Brasil para acompañar a su hermano “El Coyote” Rivera. La modelo Alondra García Miró, estuvo presente siempre al lado de su ex suegra, doña Peta con quién tiene una amistad desde hace varios años.
La investigación policial ha dado un nuevo giro respecto a la muerte de Julio Rivera Quispe, aunque inicialmente se pensó que se trataba de un accidente de tránsito. Según investigaciones, el joven fue víctima de la delincuencia y falleció a manos de raqueteros que le robaron su celular mediante la modalidad del arrastre.
Las cámaras de seguridad de negocios cercanos a la Av. Defensores del Morro captaron la madrugada del sábado a Julio Rivera, hablando por teléfono, luego escribiendo en su celular mientras avanzaba por la vía. Un minuto después, otra toma capta a la víctima colgado de la puerta posterior de un auto en movimiento que se acerca estratégicamente hasta el muro de un jardín donde Julio Rivera pierde la vida.
Cerca del mediodía la familia llegó hasta un campo santo en Lurín para rendir el último adiós. Prefirieron no brindar declaraciones, la investigación que ahora se encuentra a cargo de los agentes de la DIRINCRI.
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