Latinanoticias.pe

El último miércoles 10 de noviembre el jefe de Estado, Pedro Castillo, anunció la venta del mal denominado “avión presidencial” y adelantó que con la recaudación de esta transacción, los fondos serían derivados a los sectores de educación y salud. Sin embargo, esta información ha generado todo tipo de reacciones considerando que su uso no es exclusivo para los viajes del mandatario.

Durante la pandemia por la COVID-19, la aeronave ayudó en las evacuaciones de pacientes de ciudades como Iquitos a ser transportados hasta Lima. Además, en los primeros meses del confinamiento apoyó con el desplazamiento de medicamentos y de productos de primera necesidad.

Por otro lado, ya en 2007 el fallecido Alan García intentó sin éxito ofrecerlo por US$ 18.5 millones, pero nadie se interesó por él. Cabe indicar que la nave fue adquirida al precio de US$ 25 millones por la gestión de Alberto Fujimori.

Al respecto, para el exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, César Astudillo, esta medida es solo un ofrecimiento populista de Terrones Castillo. Remarcó que el manejo del patrimonio en mención recae en la Fuerza Aérea del Perú (FAP), y que, además, el presidente no está facultado a “vender las capacidades de las FF. AA.”.

“Esa aeronave es de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). Es patrimonio y capacidad de nuestra FAP. Que le digan “presidencial”, es porque está adecuado para atender los requerimientos que por su investidura le corresponde al presidente, pero no es de él”, destacó el exmilitar en su columna del diario Correo.

En esa línea, la extitular de Defensa, Nuria Esparch, defendió la postura del exgeneral del EP, César Astudillo, e indicó que ofrecerlo al mejor postor le arrebataría la capacidad operativa a la institución aérea. Precisó que el avión solo puede transportar a 70 pasajeros y posee “una autonomía de vuelo corta (más o menos 4,500 km)”.