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Una megaobra valorizada en más de S/ 600 millones aún sigue siendo un elefante blanco para las distintas comunidades que buscaban beneficiarse de esta estructura en Loreto. Pues ya pasaron más de cinco años de la construcción del puente más largo y costoso del país, cuyo tramo final increíblemente desemboca en un huerto.

Un reportaje de Punto Final reveló que la obra, que tiene como finalidad conectar Iquitos con las comunidades cercanas a la frontera con Colombia en el río Putumayo, finaliza en la chacra de una pareja de esposos.

Al respecto, esta familia alegó que cuenta con un terreno a unos minutos de su actual vivienda, por lo que sostienen que se ven en la obligación de mudarse. “Nos vamos a ir cuando nos compren esto para criar a nuestros animales allá. Si no cómo vivimos”, manifestó la esposa Mirtha Manuyama.

Por su parte, el presidente de la comunidad de Santo Tomás, identificado como Ibrahim, señaló que los pobladores de estas zonas son los primeros perjudicados. No obstante, aseguró que se sienten olvidados por el Estado debido a que cuentan con una escuela en lamentables condiciones y además no existen postas cercanas.

“No funciona (el puente) porque no tiene luz para empezar. Termina en una huerta. Son cosas que ya escapan de nuestras manos como comunidad, pero al final somos los primeros en ser afectados porque se supone que el puente ya debería funcionar porque el pueblo es lo que entiende”, aseveró.