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Una de las grandes sorpresas de los últimos días ha sido el anuncio del Gobierno sobre la segunda reforma agraria, una propuesta presente en el plan de gobierno alternativo para la campaña presidencial de Pedro Castillo que, a pesar de prometer algo distinto, evoca inmediatamente a la primera revolución del campesinado en tiempos del dictador Juan Velasco Alvarado.

En medio de esta coyuntura, un equipo de Punto Final llegó a Ica para conocer la situación del pequeño agricultor moderno, que es joven y emprende para crecer y modernizar el sector, pero que debe enfrentarse a diario al principal problema de esta región, la falta de agua.

La situación de esta región es muy complicada, ya que a pesar del gran esfuerzo solo las grandes compañías agroexportadoras logran tener sistemas de riego eficaces, ya que representa una inversión imposible para un mediano o pequeño agricultor. Sumado a esto, la Autoridad Nacional del Agua le prohíbe extraer agua del subsuelo y, por si fuera poco, los gobiernos regionales no ayudan a solucionar el problema, ya que lo han convertido en una eterna promesa de campaña.

El presidente Pedro Castillo asegura que esta medida busca saldar una deuda con el agricultor, para que sienta que el estado se preocupa por ellos. Sin embargo, muchos gremios empresariales muestran su preocupación al haber sido dejados de lado en las conversaciones para esta nueva reforma. Especialistas aseguran que la medida apuesta por la pequeña agricultura, con créditos y financiamientos para reparar el daño a las familias afectadas, pero señalan que es un aspecto que debe controlarse para evitar el despilfarro de dinero