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La naturaleza nos regala paisajes imborrables. En el distrito de Curahuasi, en la provincia de Abancay, Apurímac, una roca de gran tamaño se ha convertido en un mirador natural. Se dice que la imponente figura iba a ser utilizada por los incas para conectarse como puente hasta el otro extremo de la montaña para articular caminos con otros pueblos. Sin embargo, con la llegada de los españoles, esta tarea se truncó.

El mirador Capitán Rumi tiene una vista inigualable. Es considerada como el mirador menor del Cañón de Apurímac, uno de los más profundos del mundo. Desde ese punto se puede apreciar claramente el morro de Taramocco, Puente San Francisco, el cerro Añallanca, el camino de herradura a Cachora, la bajada al río Apurímac y las faldas del nevado Salkantay.

Este lugar se caracteriza por albergar un conjunto de piedras o formaciones rocosas que están dispersas en una pampa, en la cual sobresale una roca enorme que lleva el nombre de Capitán Rumi, que se estima pesa unas 120 toneladas.

COMPAÑERO ANCESTRAL

En cuanto a la fauna, el cóndor andino y el puku puku (Prilorelys resplendens) están presentes en el cañón de Apurímac. Durante la época de lluvia descienden a la piedra de mayor tamaño porque en ese se escurre y acumula el agua, originando un charco que sirve como bebedero.

Este mirador natural se encuentra ubicado en el distrito de Curahuasi a 2 mil metros sobre el nivel del mar y comprende un área aproximada de 7.155 metros cuadrados. Presenta un clima frígido con una temperatura anual que oscila entre los 8 grados centígrados y 10 °C.