sacado de un pasaje de la Biblia, el cielo ayacuchano se iluminó con estruendosos rayos que sorprendieron a los ayacuchanos y a quienes visitan esta ciudad, dejando además tres personas fallecidas en el campo.
Por más de una hora, los intensos rayos no dejaban de iluminar la ciudad y mostrar el atractivo de las casonas, iglesias y otras edificaciones que tienen un matiz especial en horas de la noche.
Se contaron hasta 9 rayos y truenos durante un minuto y estaban acompañados de una intensa lluvia como muestran las imágenes que hacen ver las coposas nubes.
Si bien los relámpagos son de temporada y datan de siglos, no dejan de sorprender por su intensidad que mostró en esta oportunidad.
Por ello, los templos católicos principalmente, los edificios y casonas están provistos de pararrayos que evitan que la descarga llegue hasta los pobladores y cause daños lamentables o destruya bienes.
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