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Un estudio realizado en Noruega a más de 50.000 personas de entre 18 y 35 años concluye que la mala calidad del sueño y el insomnio están relacionados con la toma de bebidas energéticas entre los jóvenes.

“Incluso solo una pequeña cantidad (una bebida de una a tres veces al mes) puede estar relacionada con la calidad y cantidad de sueño de los jóvenes”, explica a SINC Siri Kaldenbach, primera autora e investigadora en el Hospital Innlandet de Noruega.

A los participantes que dijeron consumir bebidas energéticas con frecuencia, se les preguntó lo siguiente: cuándo se acostaban y se levantaban o cuánto tardaban en dormirse, entre otros. 

Los resultados arrojaron que, en ambos sexos, se observó una clara relación entre la ingesta y un menor número de horas de sueño. Tanto los hombres como las mujeres durmieron alrededor de media hora menos que aquellos que dijeron consumir ocasionalmente o nulo. Por ello, se concluyó que el aumento de la ingesta se asocia con una menor eficiencia del sueño. 

EL INSOMNIO

Además, se pudo descubrir que el insomnio era más frecuente entre las mujeres y varones que declaraban un consumo diario que entre los que declaraban un uso ocasional o nulo: 51 % frente a 33 % (ellas) y 37 % frente a 22 % (ellos).

En todos los aspectos estudiados, se concluyó que un mayor consumo de bebidas energéticas se asocia con un mayor riesgo de problemas de sueño

“Nuestro objetivo es al menos informar al consumidor de que beber grandes cantidades no es beneficioso para dormir bien y que los estudiantes quizá deberían tener cierto cuidado al tomar estas bebidas, como también se constata en otros estudios de otros países sobre el mismo tema”, añade Kaldenbach.