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Para ponerle fin al contrato o vínculo laboral se debe presentar una causa justa, aprobada por ley y comprobada objetivamente. ¿Sin embargo, qué ocurre cuando el empleado insulta u ofende al jefe de turno? ¿El despido es justo o se puede llegar a apelar? Las respuestas a estas preguntas, a continuación.

El uso de un término inapropiado por parte del trabajador para referirse a su empleador que no tenga como objetivo desprestigiarlo, desacreditarlo o deshonrarlo no denota la intención de injuriarlo. Si bien esta señala una infracción, no resulta suficiente para catalogarla como falta grave ni mucho menos un despido.

Todos estos lineamientos se desprenden de la Casación Laboral Nº 4737-2020 Lima, emitida por la Segunda Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia.

Con esto, la sala suprema declaró infundado el recurso interpuesto por una empresa demandada en un proceso ordinario de indemnización por despido arbitrario tramitado bajo el sistema del expediente judicial electrónico.

ANTECEDENTES DE UN DESPIDO POR INSULTAR AL JEFE

Una trabajadora interpuso una demanda para que se declare la nulidad de su despido y que además se ordene su reposición en su jornada laboraL, más el pago de remuneraciones devengadas y el pago de una indemnización por despido arbitrario.

¿Y qué sucedió? El primer juzgado que revisó el caso declaró infundada la demanda debido a que el despido de la trabajadora tuvo por motivo faltas graves contempladas en la ley laboral. Sin embargo, en la apelación, la sala laboral superior competente revocó esa decisión y declaró fundada la demanda, pues consideraron que sí hubo un despido arbitrario.