Las personas que deciden llevar a cabo una dieta optan por enfoques extremos al limitarse a consumir únicamente un tipo de alimento.
Sin embargo, dicha práctica no resulta saludable, ya que dicho alimento carece de todos los nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
A pesar de que un alimento pueda tener múltiples virtudes, su elección no asegura que debamos depender exclusivamente de él para nuestra nutrición. Un ejemplo evidente es la dieta centrada en zanahorias, un alimento recomendado para la cena en diversas presentaciones como puré, al horno, en ensaladas crudas o cocidas, bastones con salsas o crema de zanahoria para untar, entre otras alternativas.
Pese a que la zanahoria cuenta con numerosos beneficios, su consumo excesivo puede acarrear algunas contraindicaciones. Por ejemplo, expertos señalan que ingerir este tubérculo por la noche puede dificultar la digestión y afectar el sueño. En caso de seguir una dieta basada en este alimento, es fundamental conocer la forma adecuada de hacerlo.
Si está dentro de la dieta, especialmente durante las comidas nocturnas, lo primero que se aconseja que sea cocida, ya que los vegetales crudos son más difíciles de digerir y pueden causar gases e hinchazón, lo cual complica conciliar el sueño.
Es importante recordar que el consumir este tubérculo anaranjado en forma de jugo, ya que, al ser filtrado, se reduce su contenido de fibra, evitando posibles molestias estomacales e intestinales.
Además, debemos recordar que gracias al jugo de zanahoria, la digestión se agiliza, permitiendo aprovechar sus beneficios en cuanto a vitaminas, minerales y antioxidantes de manera más eficaz.
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