Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en San Diego, analizó a 29 personas que vivieron hasta los 100 años o más y a sus hijos, que también tenían una vida larga y saludable.
Los investigadores encontraron que las personas que vivieron hasta los 100 años y más tenían ocho rasgos de personalidad en común. Estos rasgos incluyen la conciencia, la apertura, la amabilidad, la extroversión, la resiliencia, la optimización, la autodisciplina y la gratitud. Conoce aquí si tienes alguno de estos rasgos.
¿Cuáles son estos ocho rasgos?
La conciencia se refiere a la capacidad de ser organizado y responsable. Las personas conscientes tienden a ser más saludables porque son más propensas a hacer ejercicio, comer bien y dormir lo suficiente.
La apertura se refiere a la capacidad de ser curioso y creativo. Las personas abiertas tienden a ser más saludables porque están más dispuestas a probar cosas nuevas y a aprender cosas nuevas.
La amabilidad se refiere a la capacidad de ser compasivo y cooperativo. Las personas amables tienden a ser más saludables porque tienen relaciones más fuertes y más satisfactorias con los demás.
La extroversión se refiere a la capacidad de ser sociable y extrovertido. Las personas extrovertidas tienden a ser más saludables porque tienen más interacciones sociales y son menos propensas a la soledad.
La resiliencia se refiere a la capacidad de recuperarse de la adversidad. Las personas resilientes tienden a ser más saludables porque son menos propensas al estrés y a la depresión.
La optimización se refiere a la capacidad de tener una actitud positiva y optimista. Las personas optimistas tienden a ser más saludables porque tienen menos estrés y son menos propensas a la depresión.
La autodisciplina se refiere a la capacidad de ser disciplinado y autocontrolado. Las personas autodisciplinadas tienden a ser más saludables porque son más propensas a seguir una dieta saludable y a hacer ejercicio regularmente.
La gratitud se refiere a la capacidad de ser agradecido y apreciar lo que se tiene. Las personas agradecidas tienden a ser más saludables porque tienen menos estrés y son menos propensas a la depresión.