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Imaginemos, a esas mujeres con la piel curtida por el tiempo y las manos marcadas por el trabajo, enfrentando la vida con una fuerza inquebrantable. A pesar de su esfuerzo y dedicación, la pobreza las acecha, amenazando con apagar sus sueños; sin embargo, un rayo de esperanza irrumpe en sus vidas. Rusbelt Malvas Sánchez, se convierte en su Mr. Beast.

Inspirado por el famoso youtuber filántropo, el joven peruano de 35 años utiliza su pasión por los viajes en carretera para descubrir historias conmovedoras y llevar ayuda a quienes más lo necesitan.

Rusbelt dejó su hogar en Huari, Áncash, para estudiar mecánica automotriz en Lima. Su pasión por los autos lo llevó a recorrer interminables rutas, documentando sus viajes en videos para su canal de YouTube. En el camino, se encontró con la dura realidad de familias que viven en el olvido, muchas de ellas encabezadas por mujeres que han visto partir a sus hijos en busca de un mejor futuro.

«Vendí todo lo que tenía, me compré la camioneta 4×4 y me fui de viaje por mi cuenta», dijo a Latina Noticias.

LA DIFÍCIL TRAVESÍA POR LOS ANDES

En uno de sus videos, describe las dificultades que enfrenta para llegar a estos pueblos alejados. «He tenido que empujar mi carro, he pasado horas estancado…», relata con la voz entrecortada por la emoción.

Sin embargo, Rusbelt no se rinde, él decide darle un giro a sus videos de viajes y compartir las historias de estas familias que viven en la pobreza extrema, sin acceso a los servicios básicos. A través de sus redes sociales, visibiliza su realidad y busca ayuda para ellos.

Con bolsas llenas de víveres, apoyo económico y cualquier otra cosa que necesiten, Rusbelt, nuestro Mr. Beast peruano, lleva esperanza a estas comunidades olvidadas. Gracias a sus videos, muchas personas se han sumado a la causa, conmovidas por la fuerza y la resiliencia de estas mujeres.

Rusbelt de viaje, como lo conocen en YouTube y TikTok, donde acumula más de 100.000 seguidores, nos muestra las carencias que enfrentan las familias de Pomabamba, Áncash, a casi 3.000 metros sobre el nivel del mar. «El cariño que te dan es lo más bonito, verlas felices», comenta con emoción, describiendo la gratitud que recibe por su ayuda.

Que la historia de Rusbelt no sea una más en el mar de la indiferencia, sino un llamado a la acción. Un recordatorio de que estas mujeres, y tantas otras en el mundo, necesitan una mayor atención y apoyo para salir adelante.

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