Zoila La Rosa es la armadora de la selección peruana de vóleibol que busca el oro en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Conoce aquí su historia de esfuerzo y triunfos.
Desde muy joven, Zoila la Rosa tomó la decisión de separarse de su familia para cumplir su sueño de convertirse en una jugadora profesional.
La ciudad de Pisco fue testigo de sus primeros pasos en el deporte. El crecer en una familia vinculada al vóleibol la ayudó a consolidarse en esta disciplina, pero aun así nadie le regaló nada en su carrera. Ya con 29 años, y mirando el largo camino que ha recorrido, puede decir sin temor que cada momento que le tocó vivir valió la pena para convertirse en una de las voleibolistas más destacadas de la actualidad.
“Mi papá y mamá me inculcaron esa pasión por el vóley. Las hermanas de mi madre también juegan este deporte. Mi papá fue Presidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD) en Pisco y de la Federación Peruana de Vóleibol en Pisco. Él falleció hace unos años, pero siempre me dio sabios consejos para perseverar en este deporte. Mi papá me inculcó el amor por el deporte, viene de familia”, expresó.
Desde sus inicios en el Colegio Miguel Grau de La Alameda de Pisco (donde hizo la primaria), hasta su paso por el Colegio Banderas del Perú (donde terminó la secundaría), Zoila siempre demostró tener mucha destreza para el deporte. Esto la llevó a sumarse a clubes como: Santa Rosa e Independencia.
Pero no fue hasta que cumplió 14 años que llegó a Lima para probarse en el Club Divino Maestro que, por ese entonces, estaba captando jugadoras jóvenes. Ser aceptada trajo a su vida nuevos desafíos y sacrificios. Mudarse a la capital la obligó a tener que dejar su escuela, sus padres y su hogar para pasar a vivir en un internado con otras compañeras del vóleibol que también llegaron de provincia.
“Fue complicado. Vivíamos todas en una sola casa. Nos hacían desayuno, almuerzo y cena, pero no era la misma comida de tu mamá. Tú misma lavabas tu ropa. Tenías que hacerte todo. Mi mamá venía cada tres meses a verme”, recordó con tristeza.
Y es que estas palabras esconden una historia detrás que es aún más fuerte. La seleccionada nacional fue víctima de un mal docente que, por medio de la fuerza y las agresiones, intentaba disciplinarla. Su miedo de contarles esto a sus padres radicaba en que corría el riesgo de que la regresaran a casa y se frustre su sueño de convertirse en profesional.
“Cuando llegué hacía bromas, muecas, y mi entrenador me reñia muy duro. Me decía que me porte bien. Después de mucho tiempo le conté a mi papá y me recriminó por no haberle contado eso. Pero yo sabía que si le decía, me iba a regresar a Pisco, y yo quería quedarme a jugar. Ya sabía que quería dedicarme al vóleibol”, relató embargada por la emoción.
Sin embargo, su sacrificio y talento la ayudaron a ascender rápidamente en la escuadra estudiantil. Con 15 años, comenzó a jugar en primera división, integrando un equipo joven que logró concluir una buena campaña. Este torneo le abrió las puertas para disputar el Sudamericano de Menores de Lima, que se realizó en Chosica, donde fue elegida como la mejor armadora del torneo.
Este primer logro fue solo el inicio para ir sumando reconocimientos con la blanquirroja en distintas competencias. Entre ellas destacan: el Mundial de Menores del 2006, la Copa del Mundo 2007, los Juegos Panamericanos 2008, Copa Panamericana 2009, Mundial de Mayores 2010, Copa del Mundo 2015, y Mundial del 2016, entre otros.
Hoy Zoila La Rosa es la armadora de la Selección Mayor de Vóleibol y se alista para competir en los Juegos Panamericanos. Por ello, hace un llamado a toda la población para que se sume a la campaña “La Energía de Todos” y aliente a los deportistas peruanos que competirán en Lima 2019.
“Yo juego en Francia, en un país del primer mundo, pero nunca olvido que soy peruana, que nací en Pisco, y me gustaría que en los Panamericanos la gente aliente a todos los deportistas, que hagamos sentir que somos locales. Mucha gente se está sumando, como la barra ‘La Blanquirroja’ y Camisea que ha formado ‘La Barra de Todos’, para hacer sentir a todo el continente la energía de todos los peruanos, pero necesitamos que todos se comprometan a brindarla. Nosotros vamos a dejar todo en la cancha, vamos a luchar hasta el último punto; pero la barra tiene que hacer lo suyo y defender la camiseta con su energía”, agregó.
“La barra peruana fue elegida como “La Mejor Afición del Mundo”. Ahora que somos locales en los Panamericanos Lima 2019 tenemos que defender ese título. Hay que demostrarle al planeta toda nuestra energía y que realmente somos la mejor hinchada. Invito a todos los peruanos a sumarse a ‘La Barra de Todos’ de Camisea. Ya lo hicieron muchas personas e instituciones, como la misma barra ‘La Blanquirroja’, que ha prometido alentar a todos los equipos y seleccionados peruanos. Necesitamos que todos se comprometan a brindar su energía”, finalizó.
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