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La Presidencia y el Consejo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) resolvieron, por decisión unánime, que la segunda y definitiva final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se juegue el próximo domingo 9 de diciembre en el Estadio Santiago Bernabéu, ubicado en Madrid, España. El choque contará con la presencia de aficionados de ambos clubes argentinos.

La Conmebol eligió a Madrid como sede por las siguientes razones: la excepcionalidad de la situación; las garantías de seguridad que ofrece la ciudad y el Estado español; la neutralidad del campo de juego; la capacidad y calidad de la infraestructura deportiva y la cancha; la existencia de amplias facilidades logísticas, de alojamiento y de transporte público; la existencia de una rica tradición futbolística; y la radicación en España de una comunidad argentina de más de 250 mil personas, la más grande en el exterior.

«Madrid nos brinda todas las garantías para la pronta y correcta organización de este evento en un contexto de circunstancias excepcionales. No sólo está entre las ciudades más seguras del mundo, sino que el Santiago Bernabéu es un estadio élite que ofrece los más altos estándares de seguridad y comodidad. Todo esto nos garantiza las condiciones para que la Copa Libertadores 2018 se defina en la cancha y la gane el club que meta más goles en la final», indicó el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.

A través de un comunicado, la Conmebol envió un fraterno agradecimiento a cada una de las ciudades que expresaron su interés y ofrecieron sus buenos oficios e instalaciones para albergar la final de la Copa Libertadores.

Cabe resaltar que este año es la última edición en que la Copa se define en partidos de ida y vuelta. A partir del 2019 existirá una final única. La edición inaugural de esta modalidad de final se celebrará en Santiago, Chile.

Se debe recordar que la segunda final entre River Plate y Boca Juniors se iba a disputar el sábado 24 de noviembre en el Estadio Monumental de Buenos Aires, Argentina, pero que la agresión que sufrieron los jugadores xeneizes de parte de los hinchas riverplatenses hizo que el partido quedara postergado. El choque de ida, disputado en La Bombonera, quedó igualado 2-2.