Uno de los grandes momentos de la historia de los mundiales se dio cuando el partido de octavos de final entre Francia y Paraguay, en Francia 98, se definió con un ‘Gol de Oro’.
Los guaraníes tenían al portero José Luis Chilavert como figura estelar. Los galos intentaron por todos los medios anotar en arco sudamericano, pero la férrea defensa paraguaya y una sobresalienta actuación del portero, mantuvieron el 0-0 hasta el tiempo suplementario.
En esa instancia, cuando ya muchos daban por hecho que todo se definiría por la tanda de los penales, llegó el tanto de Laurent Blanc, previo pivoteo de Zinedine Zidane.
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