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La selección de Alemania se encuentra realizando trabajos de preparación para defender su título de campeona en el Mundial Rusia 2018. El equipo dirigido por Joachim Löw ha desarrollado con el paso de los años un estilo basado en, además de su talento y calidad individual, su determinación y fortaleza mental. Sin embargo, este mismo espíritu competitivo puede ser motivo de problemas, como sucedió en el último entrenamiento de la escuadra teutona.

 

Como se observa en algunas imágenes viralizadas en redes sociales, el lateral derecho Joshua Kimmich y el defensa central Antonio Rüdiger se vieron envueltos en un fuerte altercado que estuvo a punto de llevarlos a los golpes. Según testigos, el joven marcador del Bayern Munich conducía el balón a gran velocidad y fue en ese momento cuando el central del Chelsea realizó una fuerte entrada, deslizándose en el suelo y derribando a su compañero.

 

Kimmich se mantuvo en el suelo por unos segundos, pero se levantó de forma violenta para encarar al defensa de 1.91 metros, en una escena que generó un susto entre sus compañeros de equipo. Felizmente el hecho no pasó a mayores gracias a la intervención de Miroslav Klose, máximo goleador de los Mundiales y actual preparador del “Mannschaft”, quien se acercó a separar a los jugadores de forma inmediata.

 

Otro gran susto

 

El choque entre las figuras de la selección germana no fue el único incidente presentado durante los trabajos de la última sesión de entrenamiento, pues otra de los principales referentes del equipo sufrió un golpe en el rostro que lo obligó a abandonar el partido de práctica y ser atendido por los médicos.

 

 

Se trata de Julian Draxler, volante ofensivo del Paris Saint Germain y capitán de la escuadra alemana campeona de la Copa Confederaciones 2017, quien recibió un codazo en el pómulo en una disputa multitudinaria por el balón. El contacto fue con Leroy Sané, sin embargo no hubo ninguna intención, por lo que no hubo ningún disturbio. El futbolista de 24 años tuvo que estar fuera de la cancha con hielo en el rostro por una buena cantidad de minutos.