Los incendios forestales reportados en el norte del Perú consumieron 20 hectáreas de la reserva nacional de Tumbes, una de las áreas protegidas más importantes del país.
El siniestro solo pudo ser mitigado con la presencia de catorce guardaparques de la reserva y algunos del parque nacional Cerros de Amotape.
Las llamas afectaron la regerenación de especies endémicas del ecosistema del bosque seco ecuatorial. La rápida acción de los guadaparques evitó la muerte de los animales que viven en la reserva.
Vale indicar que la reserva nacional de Tumbes, junto al parque nacional Cerros de Amotape y el coto de caza El Angolo, forma parte de la reserva de biósfera del Noroeste, designada por la Unesco en 1977 para proteger las especies de la zona.
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