Las trabajadoras en su mayoría eran venezolanas y fueron puestas a disposición de la Policía para verificar su situación en el país.
Por fuera parecían tranquilos centros de masajes, pero al interior se desarrollaba el negocio de la prostitución. Los agentes de fiscalización de la Municipalidad de Lima clausuraron cuatro locales de masajes en la galería Boza, donde las trabajadoras en su mayoría eran venezolanas.
Algunos locales no contaban con licencia de funcionamiento, uno de ellos no presentaba ni si quiera la infraestructura necesaria para brindar servicios de masajes. Pero sin duda lo más sorprendente fue encontrar una joyería, donde las mujeres que atendían eran kinesiólogas.
En uno de los inmuebles el baño no funcionaba, los ambientes estaban improvisados, sucios y estaban divididos únicamente por cortinas. Los agentes municipales impusieron las respectivas multas a estos negocios. Las trabajadoras extranjeras fueron puestas a disposición de la Policía quienes se encargarán de verificar su situación y si cuentan con los permisos correspondientes para realizar alguna actividad en nuestro país.
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