Las calles de Venezuela se convirtieron en el escenario de intensas protestas este lunes 29 de julio, tras la controvertida reelección del presidente Nicolás Maduro. Las manifestaciones, que surgieron de manera espontánea, dejaron al menos dos muertos y decenas de detenidos, según reportes de la ONG Foro Penal.
Como se sabe, el presidente venezolano Nicolás Maduro fue reelecto para un tercer mandato de seis años en unas elecciones que la oposición y varios observadores internacionales han calificado de fraudulentas. La oposición, liderada por María Corina Machado, asegura tener pruebas contundentes de que el verdadero ganador fue Edmundo González Urrutia, quien habría obtenido 6,27 millones de votos frente a 2,75 millones de Maduro.
Las protestas comenzaron en diversos sectores de Caracas y se extendieron a otras regiones de Venezuela. En la gigantesca barriada popular de Petare, miles de manifestantes coreaban consignas como «¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!» y «¡Que entregue el poder ya!». La respuesta de las fuerzas del orden fue inmediata y contundente, utilizando gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes. En algunos barrios, incluso se escucharon disparos.
El primer fallecido se registró en el estado de Yaracuy, según informó Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal. Además, 46 personas fueron detenidas durante las protestas. La militarizada Guardia Nacional Bolivariana (GNB) fue desplegada en varios puntos de la capital y otras ciudades, enfrentándose a los manifestantes con equipos antimotines.
Otra víctima fue registrada en el Hospital Clínico de Maracay, en el estado de Aragua. Según informó el centro asistencial, un joven perdió la vida en el marco de una manifestación en la capital del mencionado estado.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, informó que 23 efectivos militares resultaron heridos durante los enfrentamientos. Por su parte, el presidente Nicolás Maduro denunció un intento de golpe de Estado «de carácter fascista y contrarrevolucionario».
La reelección de Nicolás Maduro ha generado una ola de reacciones internacionales. Estados Unidos, Brasil y Colombia, países que han recibido a un gran número de migrantes venezolanos, han puesto en duda la transparencia del proceso electoral. La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión extraordinaria a pedido de varios países de la región, incluyendo Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, para exigir una «revisión completa de los resultados».
En respuesta, la cancillería venezolana expulsó al personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, acusándolos de «injerencistas».
La situación en Venezuela sigue siendo tensa y el futuro es incierto. La oposición, liderada por María Corina Machado, insiste en que tiene pruebas suficientes para demostrar el fraude electoral y ha llamado a la comunidad internacional a no reconocer los resultados oficiales. Mientras tanto, las calles de Caracas y otras ciudades del país continúan siendo el escenario de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
La reelección de Nicolás Maduro y las consecuentes protestas han puesto de manifiesto una vez más la profunda división y el descontento que prevalece en la sociedad venezolana. En tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos y la posibilidad de una escalada de la violencia.
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