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El pasado mes de septiembre fue el más cálido registrado hasta ahora a nivel global y este año va en camino de convertirse en el más caliente desde que hay registros, según el último boletín del Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus.

La institución europea informó que en septiembre la temperatura del aire en superficie alcanzó de media 16,38 °C a nivel global, 0,93 °C por encima del promedio para este mes durante el periodo entre 1991 y 2020.

Además, esta media se sitúa medio grado por encima de la temperatura registrada durante el que era hasta ahora el septiembre más cálido de las estadísticas, el de 2020, según recalcó la agencia con sede en Bonn.

La diferencia alcanza los 1,75 °C con respecto al promedio de la época de 1850-1900, el periodo preindustrial que se utiliza como referencia para medir los efectos del cambio climático.

Para los meses de enero a septiembre, la temperatura global promedio fue de 0,52 °C por encima de la media y de 0,05 °C por encima del periodo de enero a septiembre más cálido registrado hasta ahora, en 2016.

SUCEDE EN EUROPA

Con la vista puesta solo en Europa, este mes de septiembre fue 2,51 °C más cálido que el promedio del periodo 1991-2000 y estuvo 1,1 °C por encima del que ostentaba hasta ahora este récord, el de 2020.

Samantha Burgess, la vicedirectora del Servicio de Cambio Climático de Copernicos, señaló que estas temperaturas «sin precedentes» para la época del año han batido récords por un amplio margen.

«Este mes extremo ha empujado a 2023 al dudoso honor de ocupar el primer puesto, en camino a convertirse en el año más cálido y 1,4 °C por encima de las temperaturas promedio preindustriales.»

«A dos meses de la COP28, la sensación de la urgencia de una acción climática ambiciosa nunca ha sido más esencial», señaló, en referencia a la conferencia del clima que se celebrará este año en Dubai.

Otros datos del boletín publicado hoy muestran que la extensión de hielo en la Antártida se mantuvo en un récord de mínimos para esta época del año, mientras que en el Ártico alcanzó su sexto mínimo anual más bajo.