Según The Times, Kate participará de la misa que se realizará el próximo 31 de marzo.
La esperada reaparición de Kate Middleton se encuentra en el horizonte, anunciada con la solemnidad propia de los acontecimientos de la realeza británica. Después de un periodo de dos meses marcado por la incertidumbre, los rumores y las controversias, Kensington Palace está meticulosamente organizando lo que han denominado un «retorno suave» para la Princesa de Gales, programado para el próximo Domingo de Resurrección.
Según informa The Times, Kate participará en la misa matinal del 31 de marzo en la capilla de San Jorge, en Windsor, en una modificación de los planes iniciales del Palacio. Se había anunciado previamente que la princesa se había sometido a una «cirugía abdominal programada» y que no retomaría sus compromisos hasta «después de Pascua». Sin embargo, esta alteración ha puesto en marcha una carrera contrarreloj en Kensington para preparar su regreso a la vida pública.
Este retorno discreto cuenta con la aprobación de los príncipes de Gales, con el objetivo de silenciar los rumores y calmar la controversia que ha rodeado las últimas semanas, según informa The Daily Mirror. El equipo de los príncipes ha contactado con expertos en relaciones públicas para acelerar los preparativos, conscientes de que la atención mundial estará sobre Kate después de las especulaciones y los comentarios en las redes sociales.
El secretario privado de Kate, el teniente coronel Tom White, está al frente de la planificación, con su experiencia previa junto a la reina Isabel II. White ha estado bajo escrutinio debido a la estrategia seguida durante la polémica que ha rodeado a los príncipes de Gales, lo que ha generado tensiones con el equipo de comunicación de Kensington, según revela la periodista de la BBC Helen Wade.
A pesar de las críticas por falta de transparencia, Kate y Guillermo prefieren mantener la privacidad, especialmente en lo que respecta a sus hijos. No obstante, la reaparición de Kate se percibe como una oportunidad para ofrecer una imagen de unidad y normalidad en medio de la controversia.
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