El iceberg A23a, con 400 metros de altura, se desprendió en el mar de Weddell, donde estuvo pegado al fondo durante 40 años.
El iceberg A23a, considerado el más grande del mundo por su tamaño de 4.000 kilómetros cuadrados, fue captado por un fotógrafo de naturaleza mientras avanzaba a la deriva por el Océano Antártico, luego de desprenderse el año pasado en el mar de Weddell, en la Antártida.
Con sus 400 metros de altura, fue imposible que esta enorme masa de hielo pasase desapercibida ante la vista de un grupo de personas que no tardaron en grabar su paso por las aguas de la Península Antártica. En un video difundido por la agencia Reuters puede escucharse el asombro de los tripulantes.
Tres veces más grande que Nueva York, el A23a se desprendió después de permanecer 40 años encallado en el mencionado mar de la Antártida. Ya anteriormente, en 1986, se había separado de la plataforma de hielo Filchner, también situada en el continente antártico.
Actualmente este iceberg, que casi le dobla el tamaño a Lima, se desplaza más allá del extremo norte de la Península Antártica, ayudado por fuertes vientos y corrientes, de acuerdo con imágenes captadas por un satélite.
«Los cambios en el medio ambiente son tan enormes. Así que esto sigue, y sigue, y sigue para siempre. 40 millas náuticas de largo», señaló el fotógrafo que lo grabó el último domingo 14 de enero.
Desde diciembre del año pasado, mes en que se desprendió en el mar de Weddell, el iceberg A23a viene siendo vigilado, pues su viaje podría terminar en cualquier lugar del Océano Antártico o, incluso, en zonas donde podría poner en problemas el movimiento de embarcaciones.
Oliver Marsh, especialista en glaciares del British Antarctic Survey, señaló a Reuters en 2023: «Un iceberg de estas dimensiones puede sobrevivir mucho tiempo en el océano Antártico, a pesar de que es mucho más cálido, y podría dirigirse más al norte, hacia Sudáfrica, donde podría perturbar el tráfico marítimo».
«Con el tiempo, es probable que se haya adelgazado ligeramente y haya adquirido un poco más de flotabilidad que le ha permitido elevarse del fondo oceánico y ser empujado por las corrientes marinas», dijo por su parte Andrew Fleming, especialista en teledetección del British Antarctic Survey, a la BBC.
Es posible, de acuerdo con voces expertas, que el iceberg corra la misma suerte que su par, el A68, el cual se partió en pequeños pedazos y evitó cualquier catástrofe.
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