Más de 20 mil cetáceos mueren cada año en las pesquerías peruanas por la captura incidental.
Las ballenas enfrentan una amenaza silenciosa y mortal: el enmallamiento en redes de pesca. Este problema, cada vez más grave, está poniendo en peligro la supervivencia de muchas especies. Solo hace unos días, se reportó el enmallamiento de una ballena franca austral, una población compartida entre Chile y Perú y catalogada en peligro de extinción por la UICN, lo que encendió las alarmas a nivel mundial.
Este es uno de los temas más urgentes de la agenda de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que por primera vez, se reunirá en Perú posicionando a nuestro país como el epicentro de la discusión mundial sobre la conservación de las ballenas.
El evento, que se llevará a cabo del 23 al 27 de septiembre en el hotel Los Delfines de San Isidro, reunirá a expertos y representantes de gobiernos de todo el mundo para enfatizar la urgencia de reducir de la captura incidental (o no accidental en la pesca) y el enmallamiento en redes, una amenaza significativa para ballenas y delfines tanto del océano como de aguas continentales
Perú, con su extensa costa y una rica biodiversidad marina, se ha visto particularmente afectado por el enmallamiento de cetáceos. Según datos de WWF-Perú, se han registrado más de 100 casos de enredos de ballenas en las aguas peruanas. Esta problemática no solo afecta a la fauna marina, sino que también tiene consecuencias económicas para las comunidades pesqueras.
Se estima que hasta 20.000 cetáceos mueren cada año en las pesquerías peruanas debido a la captura incidental, siendo la marsopa espinosa y el delfín oscuro las especies más afectadas. Esto ha generado una importante preocupación a escala global.
Debido a la elevada tasa de capturas incidentales y a los temores relacionados con el futuro de las poblaciones locales, la CBI y el Grupo de Especialistas en Cetáceos de la UICN dieron la voz de alarma y pusieron de manifiesto su grave preocupación.
Del mismo modo, para cumplir con los requerimientos de exportación de productos pesqueros a Estados Unidos bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos (MMPA por sus siglas en inglés) de ese país, Perú tiene la obligación de monitorear y mitigar la captura incidental de mamíferos marinos en sus pesquerías artesanales e industriales.
La CBI le permite a Perú acceder a apoyo técnico internacional crucial para enfrentar los enredos y la captura incidental de cetáceos tanto marinos como continentales. A través de esta colaboración, Perú puede implementar tecnologías avanzadas para reducir el riesgo y prácticas eficaces para atender los enredos cuando ocurren.
WWF-Perú trabaja con pescadores tanto marinos como continentales en la promoción de buenas prácticas pesqueras y la implementación de medidas de prevención del enmallamiento de ballenas y delfines.
«El impacto de la pesca en los cetáceos destaca la necesidad urgente de encontrar soluciones que protejan tanto nuestra biodiversidad marina como las comunidades que dependen de los recursos marinos», señaló Aimée Leslie, directora de Conservación de WWF-Perú.
En ese sentido, la reunión de la CBI en Perú no es solo un evento crucial para la conservación global de cetáceos, sino también una oportunidad única para que Perú demuestre liderazgo en la protección de estas especies a nivel internacional.
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