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La prevención y la detección temprana del cáncer de mama son la mejor forma de prepararse para manejar los riesgos asociados a esta enfermedad. Así lo señala la directora médica del Centro de Salud Mamaria de la Universidad de Loma Linda, Halley Vora.

En la actualidad, una mujer que vive en los Estados Unidos se enfrenta una probabilidad entre ocho de ser diagnosticada con cáncer de mama en algún momento de su vida, de acuerdo a estimaciones de National Cancer Institute.

A poco de conmemorarse el mes de concientización sobre el cáncer de mama, la institución universitaria de California compartió cuatro maneras para seguir en casa o en un centro de salud para prevenir el cáncer de mama o detectarlo a tiempo.

Estar alerta de los senos

Autoexaminarse los senos podría generar ansiedad en algunas mujeres. Por ello, para evitar el estrés de este proceso, Vora recomienda estar alerta del estado de los senos, sobre todo durante las duchas o el aseo. «Es una buena idea comprobar si hay cambios», mencionó.

Si se percata de que hay una diferencia en sus senos desde la última vez que los miró o tocó, Vora recomienda comunicarlo su médico de cabecera. Asimismo, el especialista también debe controlar cualquier síntoma de secreción del pezón o la aparición de un nuevo bulto o masa.

Asistir a exámenes periódicos

Cuanto se asista al médico, este controlará la salud de los senos e investigará cualquier cambio o síntoma que la paciente informe. Así, llevarán a cabo exámenes clínicos de los senos, en donde el especialista busca bultos u otros cambios.

Dependiendo de la edad, es posible que se le practique una mamografía. Estas imágenes pueden detectar signos tempranos de cáncer mucho tiempo antes de que se puedan sentir los síntomas, de acuerdo a Vora.

Acudir a exámenes periódicos de detección incrementa la posibilidad de detectar el cáncer en etapa temprana, en donde es tratable o curable. Si es que esto no se realiza, la enfermedad podría presentarse en una etapa cuando haya menos opciones posibles de tratamiento.

Realizar ejercicio con regularidad

Hacer ejercicio con regularidad es bueno por muchas razones, una de ellas es que reduce el riesgo de contraer cáncer de mama. Durante décadas, se ha demostrado que la actividad física está relacionada con un menor riesgo contraer esta enfermedad.

Según Vora, los estudios han demostrado que 150 minutos de ejercicio de nivel moderado por semana, divididos de cualquier forma, reducen el riesgo de cáncer de mama.

Por esta razón, Vora recomienda hacer ejercicio usando cualquier método: caminar, bailar, andar en bicicleta o practicar deportes; pues con esto también se mantendrá un peso saludable. Un mayor riesgo de contraer la enfermedad está asociada con la obesidad.

Considerar las pruebas genéticas

Un porcentaje importante de pacientes con cáncer de mama tienen antecedentes familiares, lo que implica un mayor riesgo. La especialista refiere que el nivel de riesgo puede variar según varios factores, como la cantidad de miembros de la familia que tienen o han tenido cáncer de mama.

Las pruebas genéticas buscan mutaciones en algunos de estos genes, ofreciendo a los pacientes y proveedores más datos sobre su riesgo de cáncer de mama y cómo seguir adelante con su atención. En estos casos, Vora recomienda conversar con su proveedor de atención sobre si los exámenes podrían ayudarlo.